¿Qué es la Diabetes?

La diabetes es un grupo de condiciones crónicas, que tienen en común la hiperglicemia (azúcar alta en la sangre). Esto ocurre cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina o no puede utilizar eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona secretada por el páncreas y desempeña un papel crucial en el metabolismo de la glucosa. La glucosa es una forma de azúcar que se encuentra en los alimentos y es la principal fuente de energía para el cuerpo.

Tipos

Existen varios tipos de diabetes, dependiendo de la causa que provoca el mal funcionamento del páncreas. Las principales 4 categorías son:

Diabetes Tipo 1: El sistema inmunológico (el sistema de defensa del cuerpo) ataca y destruye las células beta del páncreas, las cuales son responsables de producir insulina. Como resultado, las personas afectadas dejan de pueden producir insulina y deben recibir insulina de forma externa para regular sus niveles de glucosa en la sangre. Este tipo de diabetes puede ocurrir en cualquier momento de la vida, pero es más frecuente en la infancia o adolescencia, y no está relacionada con el estilo de vida ni con factores dietéticos.

Diabetes Tipo 2: Que corresponde a más del 90% de los casos de diabetes en el mundo, suele estar relacionada con factores genéticos y de estilo de vida poco saludables, como la obesidad, la dieta y la falta de actividad física. En este tipo de diabetes hay una pérdida progresiva, no autoinmune, de la secreción adecuada de insulina, frecuentemente en un contexto de resistencia a la insulina y síndrome metabólico.

Diabetes Gestacional: Diabetes diagnosticada en el segundo o tercer trimestre del embarazo, que no era una diabetes claramente manifiesta antes de la gestación.

Otros Tipos específicos: Debidos a causas como la fibrosis quística, la pancreatitis, las inducidas por fármacos o sustancias químicas, por ejemplo, con el uso de corticoides, en el tratamiento de personas con VIH o después de un trasplante de órganos.

Prevención de Diabetes:

La prevención de la diabetes implica la adopción de un estilo de vida saludable y la gestión de los factores de riesgo asociados con esta enfermedad. Aquí hay algunas estrategias efectivas para prevenir la diabetes tipo 2, que es la forma más común de diabetes:

Mantener un Peso Saludable: En Chile, 3 de cada 4 chiles vive en condición de sobrepeso u obesidad. El exceso de peso, especialmente la acumulación de grasa abdominal, es un factor de riesgo importante para la diabetes tipo 2. Mantener un peso saludable a través de una dieta balanceada y actividad física regular puede reducir significativamente el riesgo.

Adoptar una Dieta Saludable: Opta por una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. Limita la ingesta de alimentos procesados, azúcares añadidos y grasas saturadas.

Ejercicio Regular: Se estima que menos de un 10% de la población adulta realiza ejercicio de forma regular. La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a mantener un peso saludable. Intenta incorporar al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio vigoroso a la semana, combinado con ejercicios de fuerza al menos dos días a la semana.

Evitar el Sedentarismo: Reducir el tiempo que pasas sentado y aumentar la actividad física diaria puede ser beneficioso para la prevención de la diabetes. El aumento del teletrabajo, especialmente durante la pandemia de COVID-19, ha planteado desafíos adicionales en términos de sedentarismo. La falta de desplazamientos diarios y la adopción de estilos de vida más sedentarios han sido preocupaciones en muchos lugares, incluido Chile.

Limitar el Consumo de Alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes. Si decides beber, hazlo con moderación.

Dejar de Fumar: El tabaquismo se ha asociado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. Dejar de fumar puede mejorar la salud general y reducir el riesgo de varias enfermedades, incluida la diabetes.

Mantenimiento de una Presión Arterial Saludable: La hipertensión arterial también está relacionada con la diabetes tipo 2. Adoptar hábitos saludables, como una dieta baja en sodio y ejercicio regular, puede ayudar a mantener una presión arterial saludable.

Gestión del Estrés: El estrés crónico puede afectar negativamente la salud metabólica. Prácticas como la meditación, el yoga y otras formas de gestión del estrés pueden ser beneficiosas.

Controles preventivos de Salud: Las revisiones médicas regulares pueden identificar factores de riesgo y permitir un manejo proactivo de la salud.

Es importante destacar que la prevención de la diabetes es un enfoque holístico que abarca varios aspectos del estilo de vida. Antes de realizar cambios significativos en tu dieta o rutina de ejercicios, es aconsejable consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada.

Síntomas:

La diabetes puede presentar una variedad de síntomas, y es importante estar alerta a los signos que podrían indicar la presencia de esta enfermedad.

Es fundamental destacar que los síntomas pueden variar entre las personas y que la diabetes mellitus tipo 2 es asintomática en sus etapas iniciales.

Aquí hay algunos de los síntomas más comunes de la diabetes:

  • Aumento de la Sed (Polidipsia): La sed excesiva es uno de los síntomas clave. Las personas con diabetes pueden sentir una sed intensa y tener la necesidad de beber agua con frecuencia.
  • Aumento de la Micción (Poliuria): La diabetes puede provocar un aumento en la producción de orina. Las personas pueden necesitar ir al baño con más frecuencia, especialmente durante la noche.
  • Aumento del Apetito (Polifagia): A pesar de comer más de lo habitual, las personas con diabetes pueden perder peso inexplicablemente. Esto se debe a que el cuerpo no puede utilizar eficientemente la glucosa como fuente de energía.
  • Fatiga y Debilidad: La diabetes puede causar fatiga y debilidad generalizada.
  • Visión Borrosa: Esto puede ser causado por cambios en los niveles de glucosa que afectan la forma en que se enfoca el ojo. También pueden ser el reflejo de un daño avanzado en el ojo por un mal control glicémico de larga data.
  • Heridas que Sanan Lentamente: Las heridas, cortes o llagas que tardan en cicatrizar pueden ser un signo de diabetes. La diabetes puede afectar la capacidad del cuerpo para curarse adecuadamente.
  • Infecciones Frecuentes: Las personas con diabetes pueden ser más propensas a infecciones, especialmente en la piel, las encías y el tracto urinario. También estas infecciones pueden ser más graves que en las personas sin diabetes.
  • Sensación de Hormigueo o ardor: El daño a los nervios, conocido como neuropatía, puede causar hormigueo o sensación de ardor o quemazón en las extremidades, especialmente en los pies y las manos.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar en intensidad y no todos los individuos con diabetes los experimentarán. Además, algunas personas pueden tener diabetes sin presentar síntomas evidentes. Si tienes preocupaciones sobre la posibilidad de tener diabetes, es crucial consultar a un profesional de la salud para una evaluación completa y pruebas diagnósticas. Un diagnóstico temprano y el manejo adecuado son fundamentales para controlar la diabetes y prevenir complicaciones a largo plazo.

Diagnóstico:

El diagnóstico de la diabetes generalmente se realiza mediante pruebas específicas que evalúan los niveles de glucosa en la sangre. Las 3 pruebas comunes incluyen:

  • Glicemia en Ayunas: Esta prueba implica medir los niveles de glucosa en sangre después de un ayuno nocturno, al menos 8 hrs. Un valor de 126 mg/dL o superior se considera indicativo de diabetes.
  • Hemoglobina Glicosilada (HbA1c): Esta prueba no requiere ayunas y mide el nivel promedio de glucosa en sangre durante los últimos tres meses. Un resultado de glicosilada de 6.5% o superior puede indicar diabetes. También se usa para evaluar el control en personas con diabetes ya diagnosticada.
  • Prueba de Tolerancia a la Glucosa Oral (PTGO): En esta prueba, se mide la glucosa en ayunas y luego se proporciona una solución de 75g de glucosa para beber. Se vuelven a medir los niveles de glucosa después de dos horas. Un valor de glucosa a las dos horas de 200 mg/dL o superior es indicativo de diabetes.

Existen 5 formas de hacer el diagnóstico:

  • 2 glicemias en ayunas alteradas
  • 1 glicemia en ayunas y una hemoglobina glicosilada alterada
  • 2 hemoglobinas glicosiladas alteradas
  • 1 Prueba de tolerancia a la glucosa alterada (ayunas y post carga)
  • O un valor > a 200mg/dL en cualquier momento, asociados a síntomas (polidipsia, poliuria, polifagia o pérdida de peso)

Es importante señalar que el diagnóstico de la diabetes debe ser confirmado por un profesional de la salud. Además, el médico puede realizar pruebas adicionales y evaluar otros factores de riesgo, como la presión arterial y los niveles de lípidos en la sangre.

Es recomendable que las personas con factores de riesgo para la diabetes, como antecedentes familiares de la enfermedad, obesidad o síntomas sugerentes, se sometan a pruebas periódicas.

El diagnóstico temprano y el manejo adecuado son esenciales para controlar la diabetes y prevenir complicaciones a largo plazo.

Si tienes preocupaciones sobre la posibilidad de tener diabetes, te insto a que busques la orientación de un profesional de la salud para una evaluación adecuada.

Tratamiento:

El tratamiento de la diabetes implica una valoración personalizada, ya que considera factores más allá de glicemia, como lo son la presencia de obesidad, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardíaca o renal, complicaciones de la diabetes, costos y red de apoyo.

Sin embargo, es fundamental una combinación de cambios en el estilo de vida, régimen, actividad física y uso de medicamentos y/o insulina. La gestión efectiva de la diabetes tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de un rango objetivo y prevenir complicaciones a largo plazo.

La educación sobre la diabetes es fundamental para que las personas comprendan cómo manejar su enfermedad. Esto incluye el conocimiento de la dieta, el ejercicio, el monitoreo de glucosa y la administración de medicamentos.

El autocuidado implica la atención regular de los pies, el monitoreo de la presión arterial y el control de otros factores de riesgo cardiovascular.

La gestión de otros factores de riesgo cardiovascular, como la presión arterial y los lípidos en la sangre, es crucial para prevenir complicaciones relacionadas con la diabetes.

El seguimiento regular con profesionales de la salud es esencial para ajustar el plan de tratamiento según sea necesario y abordar cualquier problema de salud relacionado con la diabetes.

Cada persona con diabetes es única, y el tratamiento se personaliza según las necesidades individuales. La colaboración entre el paciente y el equipo de atención médica es fundamental para un manejo exitoso de la diabetes.

Descarga de documentos de interés: